Emili Darder Cànaves (1895-1937), vida i martiri
27/04/2007

Biografia del que fora Batle de Palma, de Catalina Moner


Quan sembla que pot veure la llum la Llei de la Memòria Històrica, quan es reivindica conèixer en profunditat i poder jutjar el que va passar durant el cop d'estat feixista del 1936, la guerra civil i la repressió, especialment feroç a Mallorca, és especialment oportú un llibre com el de Catalina Moner, que sota el títol de “Emili Darder Cànaves (1895-1937), vida i martiri”, recull la trajectòria professional i política del que fora Batle de Palma, assassinat en el mes de febrer del 1937.

Com una forma de retre homenatge a Emili Darder, reproduïm, des del Col·lectiu Embat, l'article publicat en el Diario de Mallorca, de Joan Riera, que compartim plenament.

A la fotografia, Emili Darder, en la balconada de l’Ajuntament de Palma.


“Diario de Mallorca. 27/04/2007. SA TORRETA

JOAN RIERA

Nadie merece morir antes de tiempo, nadie merece morir fusilado sentado en una piedra, enfermo... como murió Emili Darder cuando amanecía el 24 de febrero de 1937. Nadie merece morir fusilado y mucho menos una persona pacífica, que ha ocupado el más digno cargo político al que se puede aspirar -la alcaldía de tu ciudad o pueblo- y que, por si fuera poco, ha legado a la ciudad instalaciones educativas que han perdurado hasta nuestros días -escuelas como la de sa Feixina o la conocida por ses Finestres Verdes- o centros sanitarios que estuvieron en funcionamiento hasta ayer mismo -la Casa de Socorro-.

Emili Darder Cànaves (1895-1937) murió fusilado pese a que el fiscal sólo había solicitado pena de cárcel. Alguien acumulaba suficiente odio y poder para verter su sangre. Sin embargo, sus gestiones en favor de una Palma más educada y más sana sobrevivieron al médico abatido por las balas.

Catalina Moner acaba de publicar una biografía del que fuera alcalde de Palma en los años de la República. Emili Darder i Cànaves (1895-1937), vida i martiri (Miquel Font Editor) nos presenta a un personaje apasionado por los aspectos sanitarios derivados de su profesión, pero también por todo cuanto se relacionaba con la vida cultural de la isla.

Darder fue un hombre interesado por la preservación de la lengua catalana como una forma de defender la pervivencia de los mallorquines como pueblo. Participó en todas cuantas asociaciones trabajaban en favor del patrimonio -Societat Arqueològica Lul·liana-, el progreso económico -Fomento del Turismo de Mallorca- o la Associació per la Cultura de Mallorca. Su proyección pública en las diversas etapas como alcalde o concejal del ayuntamiento de Palma quedó plasmada en dos grandes realizaciones: la construcción de escuelas y la de centros de salud en la periferia y el centro.

El libro de Catalina Moner desvela todos esos datos de su vida y dos hechos estremecedores relacionados con su muerte. El primero, las palabras del arzobispo Miralles cuando un familiar fue a pedirle que intercediera por el político: "Mucho celebraré que el resultado del estudio de la causa me permita armonizar los sentimientos de buen cristiano con los deberes que me impone el cargo". El segundo, la viuda recibió un casquillo de bala que supuestamente había acabado con la vida de Emili Darder.”